De abuelo pintor, padre periodista y madre música, Manuel Chaves Nogales continuó los pasos paternos combinando sus estudios en Filosofía y Letras con su pasión por el Periodismo. Según fue madurando en este arte, se fue inclinando hacia las crónicas de viajes, prestando especial protagonismo a las rutas en avión o avioneta.Gracias a dicha pasión por las aeronaves llegaron a publicarse en España las primeras fotografías aéreas.
En obras como La vuelta al mundo en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja, La bolchevique enamorada, Lo que ha quedado del imperio de los zares y El maestro Juan Martínez, que estaba allí, Chaves Nogales introduce al lector en la URRS y la revolución soviética contando a través de experiencias ajenas las peculiaridades de aquellos tiempos convulsos. Durante sus viajes entrevista a ciudadanos, inmigrantes e incluso miembros de la familia real destronada que huyeron tras las revueltas ofreciendo al lector de la época la cara más humana del conflicto.
Dejando a un lado las crónicas de viajes, en pleno clímax de su carrera publica Juan Belmonte, matador de toros, su vida y sus hazañas, considerada su obra más importante hasta la fecha. En ella repasa la vida y vicisitudes del torero haciendo de esta pieza una de las más importantes en el ámbito literario taurino.
Tras estos acotencimientos comienza el declive del autor coincidiendo con la Guerra Civil. No toma parte por ningún bando por lo que se le considerada de la opinión de la “Tercera España”. Según su criterio, ambos bandos comenten las mismas atrocidades y, por esto no se decanta por ninguno. Esta filosofía queda plasmada en su obra A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España, obra que alguno considera una visión fidedigna de la Guerra Civil Española y, por lo tanto digna de estudio. Esta afirmación puede ser rebatida si se considera el hecho de que fue escrita desde el exilio del autor en Francia (fruto de su neutralidad durante el conflicto) y fue publicada en Chile en el año 1937. Tomando estas premisas es lógico deducir que por cuestión temporal es prácticamente imposible que dicha obra sea un relejo o reflexión del conflicto que se pueda tomar como obra canónica.
Tras años en el exilio y su fallecimiento en Londres en 1944, Manuel Chaves Nogales pasa a la Historia Literaria de forma discreta, sin hacer ruido. No fue hasta la publicación de Las armas y las letras, literatura y guerra civil por Andrés Trapiello en el cual rescata y ensalza la figura de Chaves Nogales uniéndose a la opinión anteriormente descrita de que se su reflexión sobre la Guerra Civil puede ser tomada como referencia. Independientemente de este hecho el manuscrito de Trapiello es una herramienta para acercarnos de nuevo la figura del intrépido periodista y rescatar sus numerosas e interesantes crónicas viajeras.
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