En dicha introducción encontramos elementos de carácter literario, siendo estos prueba de la estrecha relación entre el Periodismo y la Literatura mencionada en entradas anteriores de este blog. A una descripción del espacio de la entrevista le sigue una detallada revisión del aspecto físico y emocional del escritor. Tras romper el hielo bromeando sobre el tamaño de los puros y la altura de los interlocutores, comienza la batería de preguntas. El Caballero Audaz, haciendo honor a su nombre, empieza preguntando a Benavente sobre aspectos personales, es decir preguntas biográficas. Tras hablar de su lugar de nacimiento, sus inicios en el mundo de la literatura y sus primeros trabajos, la conversación se torna más personal. Benavente revela que no es dado a asistir a estrenos de sus obras ya que no los disfruta pero se indigna cuando su interlocutor insinúa que su aspecto y su forma de referirse a sus creaciones indican que no se molesta mucho en meditar sobre ellas y aclara que la realidad es todo lo contrario.

Finalmente, tras hablar de sus fracasos, de sus artistas predilectos y de sus próximos proyectos sale, por primera vez, a relucir el carácter jocoso del sujeto entrevistado mientras, divertido, cuenta un incidente que involucra a su cocinera y una mujer que en uno de sus estrenos tuvo la imprudencia de comentar el escuálido aspecto del dramaturgo con terrible reacción de la primera.
En conclusión esta entrevista es un claro ejemplo, como antes se ha repetido, de la proximidad y, en ocasiones, fusión de los conceptos de entrevista y literatura, y es también una novedad para la época debido a sus preguntas atrevidas y audaces al nivel de las respuestas del entrevistado.
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